sábado, 13 de agosto de 2011

Francisco Tárrega - El Gran Vals y los celulares Nokia

Francisco Tárrega - El Gran Vals y los celulares Nokia

Gggrrr!!!


(rugido de saludo)
 
¿Conocen los celulares Nokia? ¡Quién no los coconce! Pero, ¿sabían que también allí podemos encontrar música clásica? ¿No me creen? ¡¡¡Cachorros de poca Fé, no pongan jamás a preuba a su maestro!!!! Bien, si no me creen LEAN:

Son sólo cuatro breves compases, los que van del 14 al 17 del Gran Vals de Francisco Tárrega, compositor español. Tino-nino, tino-nino, tino-nino, ni. La melodía más escuchada del planeta. Trece notas que forman el dichoso sonido que cientos de millones de usuarios de teléfonos Nokia, y otros tantos que se encuentren alrededor de ellos, escuchan cuando salta el grillo del celular. Escúchelo:

Se estima que los cuatro compases de Tárrega se reproducen por segundo unas 20.000 veces, es decir unos 657 billones de veces al año. Sólo con tener en cuenta que Nokia usa la melodía por defecto en sus teléfonos móviles desde 1994, la cifra de escuchas del pedacito del Gran Vals de Tárrega podría alcanzar los 11 cuatrillones de reproducciones. Mucho, muchísimo más, que la Quinta Sinfonía de Beethoven, el himno nacional de EEUU o el Thriller de Michael Jackson, la pieza del compositor español es la más escuchada de toda la historia de la música, clásica y no clásica. Un honor que pocos podrían esperar de un compositor pionero en la guitarra como instrumento de orquesta y mucho menos popular que los también españoles Isaac Albéniz, Enrique Granados o Manuel de Falla. Escuche el "Gran Vals" en su versión original (el tema fue compuesto para ser tocado con guitarra):

Y todo esto, gratis. La melodía que Nokia registró en 1999 como soundmark -logo comercial basado en sonidos- le hubiera reportado ahora una fortuna. ¿Pero podrían beneficiarse sus herederos? «No -contesta Federico Latorre, abogado especialista en derechos de Propiedad Intelectual-, cualquier obra musical pasa a ser de dominio público 80 años después de que fallezca el compositor de la misma, y Tárrega murió en 1909». La SGAE lo confirma, nunca desaparece el derecho moral, de autoría -que Nokia ha reconocido siempre- pero sí el patrimonial, que se extingue en los citados 80 años. El hombre tenía un talento innato para la música pegadiza: otra composición suya, Adelita, le sirvió a Calvé para vender sus mayonesas. Además, poco importa: no existen herederos directos del compositor.Escuche el "Gran Vals" interpretado por la Orquesta Sinfónica Santa Cecilia de Cullera (Valecnia, España):

Aunque el concertista y compositor nacido en Villareal en 1850 tuviera un cierto éxito en la España de finales del siglo XIX y principios del XX, nunca hubiera podido imaginar que una de sus escasas composiciones -apenas nueve, como cuenta a Crónica su biógrafo, Adrián Rius Espinós- llegara a ser universal. Sobre todo el Gran Vals, una composición menor en comparación a sus Recuerdos de la Alhambra, con la que siempre se le asocia. Desde que apenas tuviera 10 años, Tárrega ya tocaba la guitarra en la humildísima casa familiar de Villareal. Solía escaparse con sólo 11 años, para tocar en la calle y en cafés, arropado por una comunidad de gitanos que lo protegían y admiraban. Su padre, harto de las correrías de su vástago por las calles de ambas urbes, hubo de vender sus propiedades, tan sólo para pagarse el billete e ir a rescatarlo del compadreo callejero. Hasta que un noble en 1865 accedió a ejercer de mecenas debido a su talento y le proporcionó una educación adecuada. Hacia 1880 Tárrega ya era un músico de cierto nombre, alternaba con los Albéniz y Granados, pero vivió sobre todo de su labor como profesor de guitarra. Tampoco han cambiado tanto los tiempos.

La información la tomé de AQUÍ.

Grrrr!!!
(que quiere decir "nos vemos, ¡hasta pronto!)
leoysusleones@hotmail.com

sábado, 6 de agosto de 2011

Beethoven - La victoria de Wellington (Sinfonía de la Batalla)

Beethoven - Wellingtons Sieg (La victoria de Wellington)

Grrr!!! (rugido de bienvenida)


Saludos cachorros

Ahora estamos en vacaciones de Fiestas Patrias y estoy seguro que muchos de ustedes aprovechan el tiempo libre para ver películas en la televisión ¿verdad?

Es muy probable que ustedes hayan visto no una sino muchas películas bélicas (películas sobre guerras), es muy obvio que se puede llevar una batalla al cine... pero ¿se podría llevar una batalla a la música? Pues, sí, sí se puede. Beethoven los hizo con la famosa batalla de Vittoria, batalla a la que Beethoven llamaría La victoria de Wellington.

Un poco de historia: Inglaterra no quiere a Napoleón



Desde 1789, Francia se había visto envuelta en la Revolución, y tras llegar al gobierno en 1799, Napoleón se había hecho de facto con el poder en Europa.

El gobierno británico no veía con buenos ojos el poder que Napoleón iba acrecentando día a día y buscaba opciones para terminar con la amenaza de Napoleón, y el conde de Wellinfton ayudó a obtenerlas.

Es 1813 y España estaba bajo dominio francés. Los ingleses llegaron en ayuda de los españoles, pero ojo que no era una ayuda desinteresada al pueblo español, la verdad de la milanesa era que a los ingleses no les convenía PARA NADA que los franceses (ni su Constitución ni ideas democráticas burguesas, lo más avanzado y progresista de la época) continuen en suelo español, el objetivo era devolverle el poder a Fernando VII. Y el conde de Wellington, junto a tropas inglesas) se ofreció a comandar las fuerzas que liberen a España de Francia y Napoléon.

Y, en honor a la verdad, las tropas francesas estaban bastante desmoralizadas pues la guerra de Napoleón se desarrollaba, paralelamente, en otor frente: Rusia. Y las cosas en Rusia, definitivamente, no marchaban bien para Francia. Además los franceses estaban hambrientos y con pocas armas. Por ello el 21 de junio de 1813 la victoria fu fácil para Wellington y su equipo que no sólo contaba con ingleses sino también con españoles y portugueses.

Viena tampoco quiere a Napoleón

Cuando a fines de julio llegó la noticia a Viena, Johann Nepomuk Mälzel encargó a Ludwig van Beethoven la composición de una obra sinfónica con motivo de este hecho. Nepomuk Mälzel era amigo de Beethoven y un gran inventor también, él fue el que creo diversos instrumentos musicales especiales para Beethoven que, por aquellos años, ya empezaba a quedarse sordo.

Beethoven había sino en su juventud un gran admirador de Beethoven y de las ideas burguesas de la nueva Francia. Eran años en que las potencias monárquicas europeas se habían aliado para derrotar a la Francia revolucionaria. En una deslumbrante campaña en el norte de Italia, en la que el ejército austríaco fue derrotado, adquirió notoriedad Napoleón Bonaparte, que se convirtió en un ídolo entre los sectores progresistas. De esta época son la Sonata para piano n.º 8, llamada Patética, y la Sonata para piano n.º 14, llamada Claro de luna. Su Tercera Sinfonía, llamada la Eroica, estaba escrita en un principio en «memoria de un gran hombre», Napoleón, que era visto en ese momento como un liberador de su pueblo. Cuando se declaró a sí mismo Emperador, Beethoven se enfureció y borró violentamente el nombre de Napoleón de la primera página de la partitura.

Y Beethoven, ahora convertido en un furibundo anti bonapartista acogió el encargo de su amigo, el inventor, con gran regocijo y estímulo. Y el producto fue La victoria de Wellington (Wellingtons Sieg, Opus 91) o "Die Schlacht bei Vitoria" o "Siegessymphonie". Obra que se inicia así:

 


¿Y dónde está la batalla? Pues aquí:

0:00 Tambores y trompetas en el lado inglés
0:41 Marcha británica
1:20 Tambores y trompetas en el lado francés
1:54 Marcha francesa: Marlborough ("porque es un buen compañero..")
2:44 Convocatoria a la batalla
3:08 Batalla: Allegro
5:02 Tormenta de amrzo: Allegro assai
7:00 Andante

¡Genial! Desde cualquier punto de vista. Pero a Beethoven no le gustó mucho el resultado, empezó a componer esta sinfonía con entusiasmo, pero al poco rato ya el trabajo le empezó a parecer monótono e intrascendente, parece que sólo culminó esta obra para complacer a su amigo al inventor pues al finalizarla exclamó: ¡Es una estupidez! No obstante la obra fue de una popularidad enorme en su época.
Esta sinfonía trae innovaciones, por ejemplo para interpretarla se necesita artillería pesada, para que la obra se interprete e acuerdo al original se deberían alternar con la música ¡193 disparos de cañón!

¡Grande Beethoven, Grande!!!

P.D. Con la obertura 1812 de Piotr Ilitch Tchaïkovski y La Batalla de los Hunos de Franz Liszt, La Victoria de Wellington forma parte de las obras que conmemoran una gran batalla militar.

Otra P.D. El himno francés que entona se llama Marlbrough s'en va-t-en guerre, canción que data de 1709 y que es enormemente popular y no sólo en Francia. Tal vez si les damos la traducción comprendan, la traducción del francés al español es Mambrú se fue a la guerra, una marcha militar (convertida en canción de cuna conocida) en todo el mundo occidental:


Si tienes más de 40 seguro que te sabes las letras:

Mambrú se fue a la guerra,

¡qué dolor, qué dolor, qué pena!,
Mambrú se fue a la guerra,
no sé cuando vendrá.
Do-re-mi, do-re-fa,
no sé cuando vendrá.

Vendrá para la Pascua,
chibirín, chibirín, chin chin,
vendrá para la Pascua
o para Navidad.
Ja ja ja, ja ja ja,
o para Navidad.

Si quieres saber más sobre Mambrú visita la Wikipedia y descubre las innumerables versiones de esta bella melodía.

Y si eres mayor de 40 existen dos acontecimientos, con altas probabilidades, que te deben de suceder:

1. Ya eres papá (o mamá) y

2. Tus hijos pequeños deben de ignorar completamente esta canción.

Bien, para que la cantes, junto con tus hijos te dejo el karaoke de Mambrú:



Ahora si me voy....

Grrrrr!!!!
(rugido de despedida)

leoysusleones@hotmail.com